Seleccionar página

Desde tiempos primigenios hasta hoy, hemos avanzado como humanidad en lo que a hábitos saludables se refiere, pero no lo suficiente. Estamos en tránsito, siempre buscando algo mejor. 

En este tránsito, nos miramos al espejo y tanta búsqueda se nos refleja en el rostro. El paso de los años hace que caigan los párpados y debajo cada día más ojeras, además, profundos surcos por encima de los cuales se asoma una tímida sonrisa repleta de estímulos extraordinarios para no ver el resto de nuestro cuerpo… 

Por todo ello, la piel, ese envoltorio que define nuestra edad y con el que pasaremos toda nuestra vida, es el mismo que tratan  los dermatólogos y profesionales de la estética con alta cosmética, a fin de atenuar esos signos de fatiga causados por la edad y los excesos, tales como: polución, alcohol, tabaco…

Hoy, la ciencia se centra en la regeneración celular como gran factor que acabará con el envejecimiento antes de 2045. Sin embargo, mientras tanto, aparte de mantener una dieta equilibrada y la práctica de ejercicio físico, criogenizamos el cutis con estímulos para la producción o aplicación de componentes naturales, todo ello acompañado de protección solar diaria, limpieza integral de la piel (agua micelar, cremas exfoliantes…) y masajes de drenaje linfático.

Así pues, según investigaciones de la estética y dermo cosmética, la tendencia radica en tres componentes como principales agentes responsables del rejuvenecimiento de la piel: 

Ácido Hialurónico: componente natural de nuestra piel para su hidratación, a fin de atenuar las líneas de expresión. Se aplica con inyecciones localizadas o como componente esencial de serums, generalmente en forma de ampollas.

Colágeno: componente natural de nuestro organismo, responsable de la firmeza y elasticidad de la piel, gracias al cual evitará la proliferación de arrugas o signos de expresión.

Vitamina C: componente externo de nuestro organismo, importante para la regeneración de nuestra piel. Presente en alimentos, complementos vitamínicos o también en cremas y serums, la vitamina C, ayuda lograr el efecto iluminador.

A partir de estos tres componentes, se desarrollan técnicas para su aplicación o producción, tales como: impulsos de luz que generan calor, micro heridas con agujas, inyección o, simplemente, aplicación manual; y, con ello, el gremio crea la oferta con la que denominará este ‘lifting‘ ideal.